Bruxalunixación

Hoy dejo de existir. Esto que llaman enfermedad finalmente dejará de atormentarme, ha decidido terminar lo que empezó. Muchas veces pensé en este momento. En el último ataque, en la fiebre que desaparece y en la furia que se torna magia, pero jamás pensé en mí.
Los especialistas han expresado certeras predicciones sobre esta noche. Afirman sin duda que no habrá otra. Jamás. La maravilla termina y la oscuridad reinará, aunque no mencionaron la esencia dentro de esa oscuridad... claro.
Con una ligera ansiedad que no pensé sentir, espero el momento en que la brillante luz bañe mi cuerpo y se apodere de mi conciencia. Imagino las escobas danzando en el cosmos, impasible, secando el mar y congelando el bosque. Marchitando la esperanza y la sombras.
Aguardo con impaciencia a que el Sol se oculte. Deseo verlo por última vez. Igual ansío sentir sobre mi piel fugaz la caricia invisible de la Luna. Ya la extraño, mis lágrimas corren por su ausencia.
Habrá cantos nocturnos y cenas intactas. La complicidad con el bosque no terminará al fin. El amor sufrirá, pero sé que podrá sobrevivir por siempre, como la vida misma. Dejare de ser extrañada y seré temida.
Es increíble como uno empieza a añorar algo que aún está presente, pero que sabemos nunca nos dejará volver. La noche será eterna. A partir de hoy. Las ninfas dejaran de ser duras y frías. Impasibles. Este será la primera noche que entregaré mis suspiros y mi aliento a la Luna llena. Lo demás serán voces, divanes y estrategias para que no amanezca.
A medida que la oscuridad me envuelve, instantes previos a la iluminación final, aprecio el mágico don que recibí y que transformó mi vida para siempre. No puedo estar agradecido con Dios y con la naturaleza, solo con la silueta lumínica que inunda mis movimientos. El mañana ya no será igual, simple y sencillamente, porque en vez de cantos y aves, las escobas volaran con mis palabras.
Al dibujarse apenas la brillante silueta en el horizonte, la paz interior se convierte en ansiedad. No puedo aceptarlo pero es cierto. La Luna llena que hoy se alza majestuosa, iluminando la noche, las almas y los corazones, será la última que veré a través de mis ojos. Un cometa gigantesco chocará con estos parpados y veré sobre mis palabras y mi aliento. En la penumbra seguiré cada paso de luna y cada susurro de las olas.


Composición a partir de : [+ Federico Schaffler • 01/10/00]

BruxaLunixación

MMVII

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