La columna sobre la que se sostiene este pasaje tiene forma elíptica, helicoidal y de alguna manera sus asimetrías corresponden a la perspectiva del observador o del experimentado empirista que se ha lanzado a transbordar entre cada una de ellas para lograr algo más a través de la inversión de tiempo en la arquitectura que pretende dilapidar como vestigio del olvido y guardián alcahuete de la monarquía de la ignorancia.
Los suspiros y materia de estos sueños vuelven de entre los dedos o de entre los cabellos; como una única salida a su nefasta existencia, meditabunda, aturdida y perdida en su misma creación y creencia. Laberintos imaginales desbordando entre cejas y pisadas que corren por desesperados sitios estacionales en una cíclica forma nebulosa que expande hasta donde la piel termina.
Apretadas agendas de números y alfabetos diluyen en su forma el significado, sentido, exceso y deceso de una y mil civilizadas formas de estructurar el andromático inexplicable. Ejecución cuadraplejica de ambos espectros y espejos de la misma esfera. Interna como limitante y excéntrica reflectante de exterior caótico y finito.
[Continua...]
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